sábado, 12 de diciembre de 2009

Un trabajo "made in Jaén"

Ayer mientras cenaba con un grupo de amigos, la Campaña de la Aceituna fue uno de los temas que ocupó más minutos de nuestra charla. La experiencia de los chicos hizo que nosotras sólo pudiéramos escuchar atónitas el duro trabajo que es recoger el fruto del olivo. De sobra es sabido que la aceituna requiere un gran sacrificio. Estos contaban como, a pesar de la introducción de máquinas en estas labores, sigue siendo un trabajo que no tiene precio. Y es que cada árbol requiere varearlo, coger las aceitunas del suelo o barrer las lonas, retirarlas y, finalmente, llevar el fruto extraído hasta el molino (perdonad si me he saltado algún paso pero es que no tengo una vasta cultura en temas del campo). Pero no penséis que me he olvidado de los verdaderos quebraderos de cabeza para los ayuntamientos de la provincia y los agricultores. Por un lado, la venida de inmigrantes a Jaén en busca de un tajo. En la actual campaña, por ejemplo, el consistorio ubetense ha tenido que habilitar un polideportivo para que puedan pernoctar allí. Por otro, que el litro del aceite se llegara a pagar a los agricultores por menos de dos euros en la pasada campaña, según denunciaron colectivos como COAG y Asaja, hizo que muchos olivos se quedaran sin recoger al no ser rentable la actividad. Con todo ello, espero que pronto se consiga regular la llegada masiva de inmigrantes, que el precio del aceite sea el deseado por los oleicultores y que uno de mis amigos no pierda el sentido del humor cuando nos cuente que mañana tiene que ir a la aceituna.

1 comentario:

  1. Justamente ayer, cuando entre a trabajar, junto con mi compañera de fatigas, nos acordamos, de todas aquellas personas que se encontraban, recogiendo el fruto del olivo. Fue una mañana fria y con una niebla densa. Pobre del que tenga que recoger la aceituna, y más porbre, el pobre que viene a recogerla, y no lo contraten por la crisis. IX

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